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Alimentación

La alimentación del Cane Corso

100% Natural o pienso?

El Cane Corso Italiano es un Molosoide que necesita en cada etapa de su vida una alimentación adecuada. Teniendo en cuenta su tamaño y naturaleza, tanto de cachorro para que tenga un crecimiento gradual y constante y se eviten futuros problemas como la displasia, como en edad adulta para su mantenimiento, hay que proporcionarle una alimentación de calidad, ya que esto influye tanto en la esfera fisica como en la psíquica de nuestro mastín italiano.

En este momento entre criadores y aficionados del mastín italiano hay en curso un debate que enfrenta los que prefieren la dieta BARF (en castellano se utiliza el término ACBA que quiere decir “Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados” o “Alimentación Cruda Biológicamente Adecuada”)y natural y los que prefieren los clasicos piensos. Sea cual sea la elección es fundamental decir que como para todos los perros de raza se precisa la máxima calidad de la comida.

Con este propósito reportamos este interesante articulo aparecido en la web simiperrohablara.com:

Actualmente, la mayoría de propietarios caninos de países occidentales alimentan a sus perros con pienso. Sin embargo, la comida casera es un modelo de alimentación más ligado al concepto “natural” y está ganando terreno. Ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes. ¿Qué es mejor: pienso o comida casera para perros? En este post intentaré daros argumentos de peso para que podáis decidir por vosotros mismos 

Antes de entrar a discutir sobre las “maldades y bondades” de los piensos para perros y las “bondades y maldades” de la comida casera, me gustaría aclarar algunos conceptos clave que tienen que ver con el origen biológico del perro y con su anatomía.

Perros, lobos y diferencias en el sistema digestivo

El perro y el lobo común comparten el 99.8% de sus genes y, a día de hoy, los taxonomistas (los expertos en clasificar biológicamente a las especies animales) consideran al perro como una subespecie del lobo y no como una especie distinta.

Ahora bien, las diferencias entre lobo y perro doméstico son evidentes:

  • Distinta morfología: aunque algunas razas de perro puedan ser muy parecidas al lobo, a nadie le cabe duda que un Chihuahua, por ejemplo, tiene una apariencia bien distinta a la de su antecesor salvaje.
  • Distinto comportamiento: hay claras evidencias de las diferencias comportamentales entre lobos y perros. Por citar sólo una de las múltiples referencias, diré que se han hecho estudios que demuestran que lobos y perros nacidos y criados desde cachorros en un mismo entorno humano desarrollan patrones conductuales bien distintos, por ejemplo en su forma de relación con las personas.
  • Distinto gasto energético: en este punto me voy a referir al prototipo de perro doméstico que convive en el núcleo de una familia humana. A todas luces, sus requerimientos energéticos no podrán ser nunca los mismos que los de un lobo, que duerme a la intemperie y necesita grasa para protegerse del frío del invierno, caza, recorre largas distancias y se mueve en un territorio de varios kilómetros cuadrados que debe proteger de posibles intrusos.

Aunque estas tres grandes diferencias son innegables, fisiológicamente no existen características diferenciales suficientemente relevantes entre perros y lobos como para considerarlos especies distintas y esa similitud fisiológica es fundamental a la hora de hablar de su alimentación. Tanto los requerimientos nutricionales como la capacidad de digestión de nutrientes dependen de procesos fisiológicos.
La dieta no es una cuestión de opinión: la anatomía del perro marca sus necesidades nutricionales y sus capacidades digestivas. Desde la forma de sus dientes hasta la longitud de su intestino dan pistas sobre el tipo de alimentos que deberían formar la base de su dieta.
El perro, igual que el lobo, es lo que en biología se denomina  un carnívoro no estricto.Es decir, necesita una alimentación cuyo ingrediente principal sea la carne pero tiene un sistema digestivo preparado para tolerar ingredientes de origen no animal en pequeñas cantidades. Nunca como base de su dieta.

Como carnívoro, el perro tiene unos dientes diseñados para comer carne: colmillos grandes para sujetar las presas y desgarrar su carne, premolares y molares con bordes dentados para cortar la carne o triturar huesos, e incisivos pequeños que no están especializados en cortar materia vegetal como los de los herbívoros.
La boca del perro está diseñada para comer carne. Sólo hay que compararla con la de un herbívoro para darse cuenta.
Cómo explicaron muy bien los impulsores de Natuka hace algún tiempo en una presentación sobre comida casera para perros, las diferencias entre el sistema digestivo de un carnívoro como el perro y el de un herbívoro (una vaca, por ejemplo) o un omnívoro (una persona) son claras:

  • Tracto digestivo más corto: porque las proteínas, que son el principal componente de la carne, se digieren más rápidamente que los almidones y la celulosa, presentes en ingredientes de origen vegetal como los cereales.
  • Ciego de tamaño reducido: porque la digestión de materia animal no requiere tanta fermentación como la de origen vegetal. Los herbívoros tienen un ciego mucho más largo para fermentar mejor.
  • PH estomacal más ácido para digerir con más facilidad la carne y los huesos
  • Menor densidad de flora bacteriana porque los perros necesitan digerir un menor rango de alimentos que los animales omnívoros como los humanos.
  • Inexistencia de amilasa salival porque los cánidos no necesitan iniciar la digestión de los alimentos en la boca.

No sólo la boca del perro sino también todo su sistema digestivo está diseñado para alimentarse mediante una dieta basada en alimentos de origen animal.
Sin embargo, no podemos obviar que el proceso de domesticación (de lobo a perro) ha provocado algunos cambios que han afectado al sistema digestivo…

El perro ya no es un lobo. A la hora de hacer la digestión, tampoco

En 2013, la prestigiosa revista científica Nature publicó un estudio del genetista Erik Axelsson, de la Universidad de Uppsala en Suecia, que comparaba el genoma de 60 perros de 14 razas distintas con el de 12 lobos. El estudio detectó que los perros tienen, genéticamente, más capacidad que los lobos para descomponer el almidón en su sistema digestivo.

El almidón está presente en múltiples alimentos de origen no animal como los cereales.

Esto se podría explicar, desde un enfoque evolutivo, si tenemos en cuenta que los primeros lobos que luego se convertirían en perros empezaron a alimentarse de los deshechos de los asentamientos humanos. Y desde entonces hasta ahora, muchos perros han sido alimentados con sobras de nuestra comida.

¿Comida casera para perros sí, piensos para perros no? Depende…

La alimentación natural no es, sólo, una cuestión de “moda”. Los alimentos naturales son más sanos y más seguros que los procesados, pero estos últimos también pueden tener sus ventajas.

Por un lado, los alimentos naturales no incorporan añadidos químicos artificiales (conservantes, colorantes, saborizantes y antioxidantes), que pueden agravar los síntomas de una alergia alimentaria. Por otro, los ingredientes naturales resultan más ricos en nutrientes ya que los procesos de extrusión que se utilizan para fabricar la mayoría de piensos para perros implican cocciones a temperaturas muy altas. Esto se hace para eliminar el riesgo de presencia de bacterias como la salmonela y otros microorganismos peligrosos. Pero claro, con el calor, muchos nutrientes se pierden por el camino.

Ahora bien, también existen piensos para perros prensados en frío que procuran aplicar procesos térmicos menos agresivos. Son los llamados piensos “peletizados”. Este artículo de Tiendanimal no está nada mal para entender la diferencia entre piensos para perros extrusionados y prensados en frío.
Un alimento natural, sin procesar, rico en nutrientes y apropiado para el sistema digestivo del perro (¡ojo porque no cualquier alimento vale!), siempre tendrá más y mejores propiedades que uno procesado. Y, además, mantendrá un sabor y un olor más natural, algo que tiene mucho que ver con el placer de comer, también en los perros.

Hasta aquí podríamos concluir que la comida casera para perros es, sin duda, la mejor opción. Pero esto sólo ocurre cuando la elección de sus ingredientes es correcta y la proporción en la que los servimos también. De otro modo, se pueden anular los efectos beneficiosos de una dieta natural.
Cuando hablamos de perros, la opción más natural son las dietas caseras. Lo que ocurre es que la comida casera para perros tiene algunas condiciones:

1- Es necesario tener un mínimo conocimiento sobre nutrición canina para no provocar ninguna carencia nutricional. Si no lo tienes o no piensas dedicar tiempo a informarte, descarta la dieta natural.

2- Hay que asumir el riesgo de que algunos de los ingredientes frescos puedan contener patógenos y parásitos (toxoplasma gondii, triquina, aujeszky, anisakis, gusanos vermes, salmonela, etc): Aunque es cierto que este riesgo es muy moderado porque la comida casera para perros utiliza ingredientes aptos para el consumo humano que han pasado todos los controles.  Además, este riesgo se puede combatir mediante la congelación previa de los ingredientes o la cocción de algunos de ellos (¡nunca de los huesos! Te explico porqué en este otro artículo sobre si es bueno que los perros coman huesos).

3- Hay que contar con el tiempo y el espacio en casa suficientes para ir a comprar, almacenar (gran congelador) y preparar el alimento, algo que no siempre es fácil.

¿El pienso para perros es tan malo como algunos cuentan?

Soy de las que piensa que tampoco hace falta demonizar los piensos para perros porque pueden ser la opción más práctica para muchos propietarios y la más segura para la salud de muchos perros.

Digo la más segura porque frecuentemente se piensa que la comida casera para perros es, simplemente, guardar las sobras de nuestra comida para que se las coma nuestro perro. Eso tiene riesgos altísimos para la salud de cualquier cánido. Recordemos que la dieta de un carnívoro como el perro no puede ni debe ser nunca la misma que la de un omnívoro como es el ser humano.

Por otro lado, no todos los piensos para perros tienen la misma composición ni la misma calidad.
Hay que descartar, de entrada, cualquier pienso comprado fuera del canal especializado (veterinario o tienda especializada). Los piensos que venden en el supermercado son auténtica porquería. Sólo hay que fijarse en la etiqueta y ver qué porcentaje de proteína animal contienen y cuánto de ingredientes de origen vegetal.
Sin embargo, fuera del supermercado hay piensos para perros en tiendas especializadas que no incluyen aditivos artificiales, y que mantienen niveles proteicos altos: Acana, Orijen, Gosbi, Nutro, Legend, etc. Por cierto, a día de hoy no existe una cantidad suficiente de estudios fiables que relacionen niveles altos de proteína animal en la dieta con daños renales, una de las críticas que algunas empresas de piensos para perros argumentan en contra de la comida casera.

Y aún un último apunte sobre el tema de la proteína:

No hay que fijarse sólo en el porcentaje de proteína que lleva un pienso sino en el valor biológico de esa proteína o, lo que es lo mismo, en cómo de aprovechable es esa proteína para el organismo de nuestro perro. Muchos piensos incluyen ciertos subproductos animales como picos, patas, etc. que contienen mucha proteína pero de bajo valor biológico (poco aprovechable).

Bueno, la verdad es que seguiría escribiendo sobre el tema porque da mucho juego pero espero haber podido ayudar con este texto “corto” a disipar algunas dudas sobre si la comida casera para perros es mejor que los piensos o a la inversa. En definitiva, se trata de una elección muy personal así que queda en vuestras manos.